A partir de técnica de la hidrosiembra

Equipo interinstitucional está restaurando la estación "Pantanillo" afectada por incendios forestales

Equipo interinstitucional está restaurando la estación "Pantanillo"

La madrugada del 26 de enero de 2017, cuatro mil personas vieron cómo los incendios forestales redujeron sus hogares, su pueblo y parte de sus vidas, literalmente a cenizas. Era el pueblo de Santa Olga, de la comuna de Constitución en la Región del Maule. Fue en este sector que se perdió todo, incluso parte importante del patrimonio natural. Hoy esta localidad se está reconstruyendo y vuelve poco a poco a su normalidad.

A un kilómetro de Santa Olga se encuentra la Estación Experimental Dr. Justo Pastor León, un predio de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza (CFCN) de la Universidad de Chile. A este predio año a año acuden los estudiantes de la carrera de Ingeniería Forestal con el fin de aprender sobre el bosque nativo y las plantaciones forestales. Son largas estadías para aprender en terreno acerca de la naturaleza, el manejo de bosques y sus ciclos. 

“Ese día el incendio rodeó las casas que se encuentran en el predio; el comedor, las casas de los estudiantes, las de los profesores y las de los cuidadores. El fuego venía de tres lados distintos y estábamos completamente rodeados”, relató el administrador del Centro Experimental, Cristián Hernández, mostrando un árbol ubicado a pocos metros del comedor que quedó quemado por un lado, siendo la evidencia viva de la proximidad del fuego a las edificaciones.  

Durante el momento más crítico del incendio, la Brigada Maqui 9 de CONAF fue la que protegió y combatió el incendio cuando estaban alrededor de las construcciones. Se salvó gracias al esfuerzo de ellos, a un esfuerzo voluntario e incondicional, y por eso queremos darles las gracias infinitamente”, señaló en aquel entonces el Profesor Roberto Garfias, quién organiza la visita de los estudiantes y conoce a cabalidad el lugar.

Ambos testimonios fueron parte de la Ceremonia de Reconocimiento a la Conservación y Restauración Post Incendio de la Estación Experimental Dr. Justo Pastor León, realizada el día 10 de noviembre de 2017 en dicho lugar, que los trabajadores y funcionarios del predio, así como la Brigada Maqui 9 de CONAF, recibieron un galvano de agradecimiento por la labor realizada en su combate contra el incendio. 

El evento contó con la presencia de la decana Carmen Luz De la Maza, los académicos Pablo García-Chevesich y Roberto Garfias, así como representantes de CONAF y autoridades del Colegio de Ingenieros Forestales. También participaron representantes de la comunidad de Santa Olga y el académico de la Universidad de Talca, Roberto Pizarro.

“Queremos entregar un reconocimiento a todas las personas que ayudaron en la difícil situación, cuando en enero esta Estación Experimental, en la que se han hecho múltiples investigaciones, se vio afectada por el incendio. Gracias al apoyo de muchos, no lo perdimos todo y gracias al trabajo de hidrosiembra, se está recuperando”, señaló la decana De la Maza.   

La hidrosiembra: sembrando oro verde

La restauración del predio de 392 hectáreas se inició enseguida, pocos días después del incendio que arrasó con parte importante del mismo. Académicos, autoridades universitarias y funcionarios de la Estación Experimental, comenzaron un trabajo de rehabilitación en las zonas incendiadas, cuyo suelo quedó completamente expuesto a la erosión.

En el mes de mayo, la International Erosion Control Association (IECA), organismo dedicado al control de la erosión de suelos, hizo un llamado internacional de apoyo a Chile y en especial a la FCFCN, al que respondieron varias empresas de hidrosiembra, ofreciendo sin costo alguno sus servicios.

“Este fue un llamado a todas las empresas pertenecientes al rubro de la recuperación de suelos degradados, en los cinco continentes. Afortunadamente, hubo cuatro empresas que donaron miles de dólares para enseñarle a Chile cómo se recuperan los ecosistemas después de los incendios, en otros países. Así, las empresas no sólo invirtieron en materiales y en la operación propiamente tal, sino que además su personal debió viajar desde los Estados Unidos y Perú; ellos incluso dictaron un curso gratuito sobre el tema, organizado por la FCFCN y la Universidad de Talca”, sostuvo Pablo García-Chevesich, académico de la F CFCN, asesor Científico de IECA y coordinador para América Latina y el Caribe del Programa de Sedimentos de Unesco.

Las empresas de hidrosiembra que respondieron fueron Profile (EEUU), EMIN Sistemas Geotécnicos (Chile), NT Ambiente (Chile) y Hamilton Manufacturing (EEUU), instituciones que también fueron reconocidas en la ceremonia.

La hidrosiembra es una técnica que consiste en la proyección de una mezcla homogénea de semillas, mulch, fertilizantes y sustancias adherentes, entre otras cosas, la cual se realiza mediante una bomba a presión desde un vehículo habilitado especialmente para el proceso, aunque hay ocasiones en las que se utilizan helicópteros. El Profesor García explicó que esta técnica surgió en Estados Unidos durante la década de los años cincuenta y que a través del tiempo se ha instaurado como una práctica de conservación de suelos frente a la erosión, así como una medida de estabilización de laderas.

Los resultados estuvieron a la vista; la hidrosiembra se realizó en mayo de este año y en noviembre la diferencia es evidente. Los sectores que fueron tratados presentan un rebrote de vegetación notorio, mientras que las zonas colindantes que no fueron tratadas fueron erosionadas tras las lluvias invernales. En seis meses, el suelo puede ser restaurado.

“En los incendios es fundamental conservar los nutrientes que están en las laderas, siendo lo más importantes evitar que éstos se erosionen durante la época de lluvias. Así se evita la desertificación luego de grandes incendios, manteniendo la productividad de la tierra mientras se establecen las nuevas plantaciones forestales”, sostuvo Pablo García-Chevesich.

Asimismo, el representante en Chile de Profile y EMINJorge Wistuba, señaló que mediante esta técnica se pueden tratar entre 3.000 a 3.500 m2 diarios. “Esto se aplica y funciona al instante, a la hora puede venir una tormenta de lluvia y ya no hay más escorrentía, no hay más sedimentación, hay control de erosión inmediata y permanente, dejando los nutrientes donde están, mientras germinan las semillas aplicadas, para luego formar una cubierta vegetal protectora y permanente”.

Hoy Santa Olga se reconstruye con un nuevo estándar urbano, más seguro y amigable para las familias damnificadas. A un kilómetro de esta localidad, la Estación Experimental Dr. Justo Pastor León de la Universidad de Chile también se reconstruye y restaura su patrimonio natural. Un trabajo realizado por las autoridades centrales, locales y por la comunidad, financiado con aportes estatales, privados e internacionales. El trabajo conjunto está dando grandes resultados.

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